La proliferación y difusión de productos médicos de calidad subestándar y falsificados (SF, por sus siglas en inglés) ha sido y sigue siendo una creciente preocupación a nivel global. Se han recibido notificaciones de una diversidad de productos médicos SF incluidos, entre otros, los medicamentos esenciales. Estos productos amenazan a la salud pública global poniendo en peligro la seguridad de los pacientes, aumentando el costo de los cuidados, disminuyendo la confianza en los trabajadores y los sistemas de salud, incrementando el riesgo de fracaso de los tratamientos, malgastando recursos valiosos y contribuyendo al desarrollo de la resistencia a los fármacos.